“Tu guardarás en completa paz a aquel
cuyo
pensamiento en ti persevera; porque en ti ha
confiado. Confiad en Jehová
perpetuamente, porque
en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”
(Isaías
26: 3,4)
¡Feliz año nuevo! Dejemos
de lado para siempre
toda desconfianza con respecto a Jesús.
Comencemos una
vida de confianza sencilla,
semejante a la de un niño, que no se base en los
sentimientos sino en la fe...
Algunos, mientras
reclaman el cumplimiento de
todas las promesas de Dios, no hacen las obras de
Cristo. No se honra a Dios con esa fe, pues es falsa...
Las promesas de Dios son
para los que guardan sus
mandamientos y hacen las cosas que le agradan…
Un nuevo año se abre ante
nosotros. Sea éste un
año feliz…
Refúgiense en los brazos
de Jesús…
Crean en Dios, alábenlo y
sigan adelante. Ya casi
hemos llegado a casa. El Señor viene. Levantemos la
vista y regocijémonos, porque nuestra redención
está cerca. Veo en Jesús a un
Redentor compasivo y
amante, que puede salvar hasta lo sumo a los que
acuden a
él. Depositemos todo el peso de nuestro
ser en las promesas de Dios. Creamos;
tenemos el
privilegio de creer.”
(EGW, Cada día con Dios, p. 9)
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