“Y ésta es la vida
eterna: que te
conozcan a ti,
el único Dios
verdadero,
y a Jesucristo,
a quien
has enviado.”
a quien
has enviado.”
(Juan 17:3)
"Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de
reflexión a la contemplación de la vida de Cristo.
Deberíamos tomarla punto por punto, y dejar que la
imaginación se posesione de cada escena, especialmente
de las finales. Y mientras nos espaciamos así en su gran
sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él
será constante, se reavivará nuestro amor y quedaremos
más imbuidos de su Espíritu."(El Deseado de Todas las Gentes, p. 63)
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