“No es la magnitud del acto de desobediencia lo que
constituye el pecado sino el desacuerdo con la voluntad
expresa de Dios en el detalle más mínimo, porque
demuestra que todavía hay comunión entre el alma y el
pecado. El corazón está dividido en su servicio.
Niega realmente a Dios, y se rebela contra las leyes
de su gobierno."
constituye el pecado sino el desacuerdo con la voluntad
expresa de Dios en el detalle más mínimo, porque
demuestra que todavía hay comunión entre el alma y el
pecado. El corazón está dividido en su servicio.
Niega realmente a Dios, y se rebela contra las leyes
de su gobierno."
(E.G. de White, El Discurso Maestro de Jesucristo, p. 48)
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