NO HACER ACEPCIÓN DE PERSONAS
«Nunca deberíamos actuar con indiferencia y falta de
simpatía, especialmente cuando tratamos con los pobres. A todos debemos tratar
con cortesía, simpatía y compasión. La parcialidad manifestada hacia los ricos
desagrada a Dios. Jesús es menospreciado cuando se desprecia a sus hijos
necesitados. Estos no son ricos en bienes de este mundo, pero ellos son caros a
su corazón amante. Dios no reconoce distinción de rango. Él no toma en cuenta
las clases sociales. Ante su vista los hombres no son más que hombres, buenos o
malos. En el día final del ajuste de cuentas, la posición, las clases sociales
o la riqueza no alterarán ni en el espesor de un cabello el caso de ninguna
persona. El Dios que todo lo ve juzgará a los hombres por lo que éstos son en
pureza, nobleza y amor a Cristo.»
E.G.W. (Consejos sobre mayordomía cristiana, cp. 33, pg. 168)
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