TIEMPO
DE REGOCIJO
“A
fin de santificar el sábado, no es necesario que nos encerremos entre paredes,
y que nos privemos de las hermosas escenas de la naturaleza, del aire libre y
vigorizador y de la hermosura del cielo. En ningún caso debemos permitir que
las cargas y las transacciones comerciales distraigan nuestra mente en el
sábado del Señor el cual ha santificado. No debemos permitir que nuestra mente
se espacie siquiera en cosas de carácter mundanal. Pero la mente no puede ser
refrigerada, vivificada y elevada si quedamos encerrados durante casi todas las
horas del sábado entre paredes, escuchando largos sermones y oraciones tediosas
y formales. El sábado del Señor recibe un uso erróneo si se lo celebra así. No
se alcanza el objeto por el cual fue instituido. El sábado fue hecho para el
hombre, para beneficiarle al apartar su espíritu de la labor secular a fin de
que contemple la verdad y la gloria de Dios. Es necesario que el pueblo de Dios
se reúna para hablar de él, para intercambiar pensamientos e ideas acerca de
las verdades contenidas en su Palabra, y dedicar una parte del tiempo a la
oración apropiada. Pero estos momentos, aun en sábado, no deben ser hechos
tediosos por su dilación y falta de interés”
E.G.W.
Testimonios para la iglesia, tomo 2, pg. 51
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