"Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en
mi día santo, y al sábado llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo
venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus
palabras" (Isaías 58:13).
"El amor de Dios ha puesto un límite a las exigencias del trabajo.
En su día reserva a la familia la oportunidad de tener comunión con él, con la
naturaleza y con sus prójimos.
El sábado y la familia fueron instituidos en el Edén y en el
propósito de Dios están indisolublemente unidos. En ese día, más que en
cualquier otro nos es posible vivir la vida del Edén.
Puesto que el sábado es una institución recordativa del poder
creador, es, entre todos los días, aquel en que deberíamos familiarizarnos
especialmente con Dios por medio de sus obras.
El santo día de reposo de Dios fue hecho para el hombre y las obras
de misericordia están en perfecta armonía con su propósito.
Durante una parte del día, todos debieran tener la oportunidad de
estar al aire libre. ¿Cómo podrán los niños recibir un conocimiento más
acertado de Dios que pasando una parte de su tiempo al aire libre, no
entregados a los juegos sino en compañía de sus padres? Permitid que sus mentes
infantiles se relacionen con Dios en las hermosas escenas de la naturaleza...
Al contemplar las bellezas que él ha creado para la felicidad del hombre, serán
inducidos a considerarlo un Padre tierno y amante.”
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