Recordemos que el Señor no es glorificado por la exteriorización de un espíritu displicente e infeliz.
Si Dios cuida de las flores y les da perfume y hermosura, ¿cuánto más nos dará la fragancia de un carácter alegre? ¿Será que no quiere o no puede restaurar en nosotros la imagen divina?
Tengamos fe en él.
Ahora mismo pongámonos en una situación en la que podamos recibir el Espíritu que él nos ofrece. De este modo podremos dar a conocer al mundo lo que hace la verdadera religión en favor del hombre y de la mujer. El gozo de la salvación llenará los corazones, y la paz y la confianza nos hará decir:
"Yo sé que mi Redentor vive” (Job 19:25)"
E. White, Recibiréis poder, p. 74
¡FELIZ SÁBADO!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario