REFLEXIÓN:
¿Para qué se debe orar
diariamente?
Debemos considerar todo deber,
por muy humilde que sea, como
sagrado por ser parte del servicio de
Dios. Nuestra oración cotidiana
debería ser: “Señor, ayúdame a
hacer lo mejor que pueda.
Enséñame a hacer mejor mi trabajo.
Dame energía y alegría. Ayúdame a
compartir en mi servicio el amante
ministerio del Salvador”. (El Ministerio de
Curación, Pág. 376)
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"...aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo." Tito 2:13